(Texto extraído del IMD)
Lamentamos el fallecimiento a los 81 años de edad de Antonio Gómez del Moral, el mejor ciclista andaluz de la historia, afincado en Sevilla hace más de 50 años, promotor del ciclismo y organizador de numerosos eventos de este deporte, como el Challenge Vuelta Ciclista a Sevilla.
Nuestro más sentido pésame a familiares y amigos. Antonio Gómez del Moral ha sido el único andaluz en portar la maglia rosa del Giro de Italia y sumó 55 victorias (44 como profesional de ruta) entre 1956 y 1972.
Nacido en la localidad cordobesa de Cabra el 15 de noviembre de 1939, el menor de una notable saga de corredores (su hermano José fue otro brillante pedalista) se labró en 17 temporadas en la élite el que es sin duda el palmarés más destacado de la historia del ciclismo andaluz, en el que figuran 12 participaciones en la Vuelta a España (5º en 1961 su mejor puesto y cuatro triunfos parciales), cinco en el Tour de Francia (11º en 1966 y 1968) y dos en el Giro de Italia, del que fue líder único corredor andaluz en la historia) durante tres etapas en la edición de 1967 tras imponerse en el parcial entre Alessandria y La Spezia.
Además, representó a España en cuatro Campeonatos del Mundo, firmando la 11ª plaza en la cita de Lasarte 65. Vencedor del Tour del Porvenir de 1962 (fue el primer español en conquistar esta versión para jóvenes de la Grande Boucle), Gómez del Moral fue campeón de España de ruta en 1965 y de montaña en 1967, y se anotó diversas vueltas por etapas entre las que destacan la Volta (1965) o la ronda andaluza (1969).
Siempre vinculado al deporte de la bicicleta, en las últimas dos décadas ha sido el auténtico referente en cuanto a organización de carreras ciclistas en la capital hispalense, sobresaliendo la Challenge Vuelta a la Provincia de Sevilla que puso en marcha en 2006 y que ha venido celebrándose hasta 2018, o el Trofeo Ciudad de Sevilla puntuable para la Copa de España de féminas que impulsó durante cinco años (2004-2008).
Director de carrera de la Vuelta a Andalucía-Ruta del Sol desde mediados de los años ochenta, en 1990 recibió el galardón que le distingue como Leyenda del Deporte dentro de los Premios Andalucía del Deporte que cada año entrega la Junta, y en 2011 el entonces presidente andaluz José Antonio Griñán le entregó la Medalla de Oro al Trabajo. Mucho antes, como profesional, ya recibió en 1962 el título de Caballero de la Orden de Isabel la Católica por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Tras su sentida muerte, sus muchos amigos y todo el ciclismo andaluz y nacional le despidieron en la Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder de Sevilla, desde donde sus restos partieron hacia su Cabra natal para ser homenajeado por sus paisanos y posteriormente enterrados en el cementerio de Priego de Córdoba (de donde es su mujer, Mari Carmen) junto a los de su hijo Alberto.